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No siempre la innovación es producto de las nuevas tecnologías

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¿Hay algo nuevo en las propuestas de tendencias para 2017?


Como es habitual estas últimas semanas se han ido publicando diferentes visiones sobre las tendencias que serán relevantes a lo largo del año que está empezando. Si nos dedicamos a leerlas veremos que no presentan grandes novedades respecto a los últimos años sino que son reiteración de los temas que se han puesto de moda últimamente como por ejemplo el Big Data, los vehículos autónomos, la Robótica y la Inteligencia Artificial, la impresión 3D, el Smart i el Cloud,…


Por tanto podemos decir que nos encontramos en una situación de evolución dentro de diferentes curvas S (o ciclos de vida tecnológicos), y en cada una de ellas nos podemos encontrar en un punto diferente de la misma del cual deberemos ser conscientes por las implicaciones que suponen.


Sin embargo uno de los problemas que suponen todas estas tendencias es la necesidad por parte de las empresas de tener personal capaz de entenderlas e incorporarlas de forma sostenible y minimizando el rechazo que puede provocar en el resto del personal que las desconoce. Y aquí es donde se presenta uno de los retos que debe gestionar la Alta Dirección de cualquier empresa: ¿cuáles son los nuevos conocimientos que hemos de incorporar a la empresa y cómo los obtenemos?


Está es una decisión que es crítica para el futuro de la empresa, porque en función de esta el rumbo de la nave será uno u otro. Pero también es crítica para los profesionales que trabajan en esas empresas (o quieren trabajar en ellas) porque en función de la decisión que se tome se puede producir una llegada o una fuga de talento. En este ámbito decisorio serán fundamentales las políticas que se definan desde los departamentos de Recursos Humanos que den respuesta a las decisiones estratégicas que se hayan tomado.


En el campo de la formación es preferible optar por una actuación concurrente consistente en contratar a personas expertas en las tecnologías que se ha decidido que serán críticas para el negocio y formar al personal interno para que de soporte a los expertos. Y de esta forma se puedan desarrollar innovaciones sobre las tecnologías y conocimientos existentes en la empresa con lo que se pueda dar un salto diferencial respecto de la competencia.


Si consideramos que será critico el Big Data y el Internet de las Cosas una opción de contratación puede ser un científico de datos complementada con una formación básica en Big Data que permita a los que conocen mejor la empresa puedan definir las funcionalidades y especificaciones que sea necesario considerar en el sistema de gestión del Big Data que se quiera desarrollar. La innovación es una cuestión de equipo; un experto en solitario no aportará al negocio lo que aporta la sinergia de personal de toda la empresa.


Sin embargo en las tendencias tecnológicas también hay que ser innovador y, por ello, una estrategia recomendable es considerar desarrollar una tecnología que no esté de moda pero que se considere que tiene un elevado potencial y que además tiene una curva en S poco desarrollada o que no se ha explotado suficientemente. Lo que hay que hacer es observar esa tecnología con la mente abierta y plantearse otros usos diferentes de los existentes. A menudo el uso de una tecnología es el resultado de una solución específica para un problema y sobre la cual no se plantean otras opciones.


Al respecto una historia interesante es la del inventor español, Mónico Sánchez, que revolucionó la diagnosis radiológica al idear y construir aparatos de rayos X portátiles al redefinir las especificaciones de los componentes con una “genialidad científica” basada en una interpretación disruptiva del conocimiento científico. En este caso la innovación supuso una revolución porque transformó un negocio de un nicho de mercado limitado a un mercado mucho mayor. De esta historia debemos aprender que las soluciones actuales pueden tener un mercado mayor que el ahora abarcan si analizamos que ocurriría si transformamos las especificaciones de las funciones y funcionalidades que ahora están desarrollando.


El futuro no se crea en base solo a las nuevas tecnologías que están apareciendo sino que también se crea redefiniendo las tecnologías existentes para que hagan cosas nuevas o de forma diferente.


Es un error considerar que las “viejas tecnologías” ya no tienen futuro y hay que arrinconarlas o tirarlas a la basura (excepto si lo que quieres es vender una nueva tecnología para lo que necesitas crear esta impresión que lo antiguo es obsoleto).


¿Te has planteado a que tecnologías en tu empresa les puedes ofrecer un futuro alternativo?