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Características del liderazgo ético en la dirección de equipos

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El liderazgo ético ha sumado adeptos en los últimos años y la sociedad reclama un nuevo estilo de liderazgo en el mundo, más responsable y comprometido. Se espera de las empresas algo más que resultado económico. Por ello, los valores y la ética han vuelto a estar de actualidad.

En 2016 fue viral ‘la Contra’ de la Vanguardia de Howard Gardner, en la que defendía: «una mala persona no llega nunca a ser un buen profesional». Y se atrevía a plantear la ética como valor necesario en nuestra vida y en nuestras organizaciones.

Aunque no es un tema nuevo, hace más de 2.000 años, pensadores clásicos como Sócrates, Platón y Aristóteles ya planteaban la necesidad de desarrollar unos hábitos virtuosos, que se transforman en una escala de valores para guiar las acciones.  

El éxito de las empresas nace de las buenas decisiones. Y la pregunta fundamental es ¿desde dónde se construye una buena decisión? Hoy, las empresas se enfrentan con frecuencia a situaciones imprevistas y sus líderes deben tomar decisiones que serán críticas para afrontarlas. Tenemos más información y más datos que nunca en la historia, pero difícilmente se pueda salir airoso en este tipo de situaciones sólo por disponer de datos e información. Los valores y la forma de actuar de los líderes marcan la diferencia en una organización.

¿Qué es el liderazgo ético?

El liderazgo ético es el que se basa en la integridad, la transparencia y el respeto hacia los demás. Un líder ético es aquel que toma decisiones y actúa en consecuencia con sus valores morales y éticos, que se rigen por el bienestar y la justicia para todos los miembros de una organización, comunidad o sociedad.

El liderazgo ético es un enfoque fundamental en el mundo empresarial, porque va más allá de la simple gestión de equipos y busca inspirar a otros a través de un comportamiento ejemplar y decisiones basadas en la integridad.

En el núcleo de la dirección de equipos también se encuentra la conciencia de lo que es correcto y justo. Los líderes éticos se esfuerzan por tomar decisiones que beneficien no solo a ellos mismos o a sus organizaciones, sino también a las personas de sus equipos y a la sociedad en general. Ello implica considerar el impacto de sus acciones en las personas, en su organización, en sus clientes, en sus socios y en la sociedad en conjunto.

¿Qué características tiene un líder ético?

El líder ético destaca por su integridad y principios sólidos. Las características que diferencian a un líder ético son las siguientes:

Honestidad y transparencia

Un líder ético es honesto en todas sus interacciones, manteniendo la transparencia y la sinceridad como pilares fundamentales. No oculta información ni engaña a su equipo ni a sus colaboradores.

Compromiso con la justicia

Valora la justicia y la equidad. Toma decisiones imparciales y se asegura de que las oportunidades se distribuyan de manera justa, sin discriminación ni favoritismos.

Empatía y escucha activa

Practica la empatía, poniéndose en el lugar de los demás. Escucha activamente las preocupaciones y necesidades de su equipo y muestra interés genuino por su bienestar.

Respeto por la diversidad 

Valora y respeta las diferencias de todo tipo -culturales, de género y de opiniones- en el equipo. Fomenta un entorno inclusivo donde todos se sientan valorados y puedan dar su punto de vista.

Responsabilidad personal

Asume la responsabilidad de sus acciones y decisiones. Si comete errores, los reconoce y busca soluciones, sin culpar a otros.

Liderazgo inspirador

Es una persona que inspira a su equipo a través de su propio ejemplo. Su compromiso con los valores éticos motiva a otros a seguir su liderazgo.

Visión a largo plazo

Considera el impacto a largo plazo de sus acciones y decisiones en lugar de buscar beneficios a corto plazo. Trabaja en la construcción de un futuro sostenible y ético.

Toma de decisiones éticas

En definitiva, prioriza la toma de decisiones basadas en valores éticos, incluso si esto implica sacrificios o desafíos. No cede ante la presión para actuar de manera contraria a sus principios.

¿Qué aporta el liderazgo ético?

El liderazgo ético aporta de manera consistente y a largo plazo a las organizaciones. Su impacto no se manifiesta de inmediato, sino a lo largo del tiempo. Las organizaciones que cuentan con líderes éticos experimentan mejoras significativas en varios aspectos clave.

  • Los líderes éticos generan confianza y credibilidad tanto dentro de sus equipos como en el público en general. Su compromiso con la honestidad y la transparencia crea un ambiente de respeto y confianza mutua, lo que fortalece las relaciones y promueve un clima laboral positivo.
  • Un liderazgo ético impulsa la toma de decisiones responsable. Este enfoque garantiza que las decisiones se tomen teniendo en cuenta el bienestar de todas las partes involucradas, lo que a su vez promueve prácticas justas y equitativas en la organización.
  • Otro beneficio importante es la creación de una cultura organizacional positiva. Los líderes éticos establecen un ejemplo que permea toda la organización, fomentando una cultura que valora la ética y la responsabilidad social. Esta cultura es fundamental para el éxito a largo plazo de la organización.
  • El liderazgo ético se relaciona con la responsabilidad social. Al priorizar la ética en todas las acciones y decisiones, los líderes pueden impulsar innovaciones que no sólo son rentables, sino también sostenibles y beneficiosas para la sociedad en su conjunto. Esta contribución al bienestar social refuerza la reputación de la organización.

Finalmente, el liderazgo ético desempeña un papel crucial en la prevención de crisis y conflictos. Al adoptar un enfoque ético en todas las operaciones, se evitan escándalos y conflictos potenciales. 

Los beneficios del liderazgo ético, en consecuencia, son claros y consistentes. 

El liderazgo ético como nuevo paradigma

La Ética ha estado algo olvidada durante años. Hoy, lejos de residir únicamente en los departamentos de Responsabilidad Social Corporativa, debería considerarse una parte fundamental en el ADN de las empresas y de su dirección de equipos.

Siempre he defendido que es hora de ir cambiando las etiquetas que durante muchos años se han asociado a liderazgo y pasar de términos como competencia, poder, exigencia o incluso ambición a conceptos basados en valores como la solidaridad, la empatía, la justicia o la bondad.

El liderazgo ético como nuevo paradigma, porque la sociedad pide más a las empresas que pura rentabilidad económica. Las personas buscan identificarse con los valores de las empresas en las que trabajan y con los valores de las empresas a las que compran. Y para conseguirlo, es imprescindible que las organizaciones estén guiadas por un coaching de equipos. Porque las empresas deben progresar, pero también deben hacerlo sus personas y la sociedad en su conjunto.  

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