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La Industria 4.0

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A lo largo de la historia, la Industria ha sufrido diferentes transformaciones. Desde la segunda mitad del Siglo XVIII hasta la actualidad, se pueden citar tres hitos importantes que marcaron las llamadas revoluciones industriales.

Probablemente la más recordada por todos sea la Primera Revolución Industrial, a la que solemos llamar simplemente Revolución Industrial, pues es la que ha marcado la tendencia a lo largo de los años. Este primer cambio que se posicionó como el punto de inflexión histórico de la Industria, supuso la mayor transformación económica, social y tecnológica, con la incorporación de las máquinas a los procesos productivos, que permitió producir más y más rápido. Pero, con el correr del tiempo, se han venido sucediendo diferentes cambios importantes que posicionan a la primera revolución como tal y colocan en segundo, tercer y hasta en cuarto lugar a las revoluciones siguientes. Así, la Primera Revolución Industrial es la que corresponde a la invención de la máquina de vapor y la sistematización del trabajo fabril.

Gracias al concepto de la división de tareas y la aparición de nuevas fuentes de energía como el gas, el petróleo y principalmente la electricidad, dieron lugar la producción en masa. Esta época representada por la línea de montaje, ícono de la industria automotriz norteamericana, desarrollada por Henry Ford para producir el Ford Modelo T, propició el desarrollo de nuevos materiales, nuevos sistemas de transporte (el avión y el automóvil) y nuevos sistemas de comunicación, con la aparición del teléfono y la radio. Estos avances provocaron un profundo cambio en la economía, dando lugar a la Segunda Revolución Industrial.

La Tercera Revolución Industrial es un concepto más reciente. De la mano del desarrollo de la tecnología, la informática y el fenómeno de la globalización, aparece el uso de energías renovables, la automatización de los procesos y el uso de Internet, promoviendo la producción automatizada.

Hoy en día, la industria vive una transformación sin precedentes. Potentes procesadores comandados por softwares con inteligencia artificial, sistemas físicos cibernéticos (Cyber Physical Systems - CPS), la interconectividad, el Big Data, la impresora 3D, el Internet de las cosas, la robótica colaborativa, entre otros avances y conceptos, acompañados por una nueva forma de comprar, dan lugar a una Cuarta Revolución Industrial: La Industria 4.0.

El término Industria 4.0 conlleva muchos significados, pero los primeros avances han implicado la incorporación de una mayor flexibilidad e individualización de los procesos que abarcan a toda la cadena de valor. La hiperconectividad y la interoperatividad, la aparición del Cloud o el Internet de las cosas, el Data Analytics, las técnicas de Deep Learning o la sensorización masiva, ofrecen nuevas posibilidades a la industria y plantean nuevos retos a resolver.

¿Pero qué pasará con las personas? Serán centrales en la nueva Revolución Industrial, pero se deberá cambiar el modelo clásico de trabajo. La Industria 4.0 necesitará de perfiles distintos, exigiendo otras dinámicas, horarios de trabajo y prioridades. La mano de obra deberá ser más cualificada y el trabajo manual se cambiará por el software. Se dice que será la era del conocimiento.

Klaus Schwab, economista y empresario alemán reconocido como el fundador del Foro Económico Mundial afirma que una de las características de la Cuarta Revolución Industrial es que no cambia lo que hacemos, sino que cambiamos nosotros.

Una pregunta más que pretendo dejar casi abierta en este post. ¿Qué tan lejos o cerca está esta Cuarta Revolución Industrial?

La Industria 4.0 es el futuro de la producción global, es la era de la automatización, es la fábrica digital y los productos digitales, es la combinación de lo virtual con lo físico y lo biológico, el respeto por los recursos de nuestro planeta. Es todo para optimizar el bienestar humano. Necesitaremos cambios en los conceptos de la economía, del trabajo, de la educación y en la colaboración entre los gobiernos y las empresas, y entre las empresas mismas. Necesitamos ser innovadores para fomentar el desarrollo humano.

La Cuarta Revolución Industrial está con nosotros, estamos en el proceso de cambio, estamos transitándola.