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Innovando en la zona oscura

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La innovación es un trabajo duro. Por ello, en muchas ocasiones, se pierde el norte, el punto de mira, el objetivo de la innovación. Si innovar supone crear y dar un nuevo valor a las cosas, se ha puesto mucho empeño en la “novedad” de la creación, pero no se ha enfatizado en darle “valor”. La mejor manera de innovar no es tratar de ser innovador, y limitarse a ir a la moda, sino saber escuchar con atención, pensar mucho, anticiparse a las necesidades y arremangarse para echar una mano. Grandes innovadores se centran en la solución de problemas importantes y de encontrar formas sencillas de simplificar la vida de las personas. A veces esto les obliga a hacer algo radical, pero a menudo requiere cambios más pequeños que la mayoría de las veces no se reconocen como propiamente innovación. Estos cambios, que son los más difíciles de conseguir, son los que realmente tienen el mayor impacto en la vida, la sociedad y, por tanto, en el crecimiento de un negocio. A eso se le llama innovar en la zona oscura. Tengamos en cuenta este sencillo diagrama que muestra el espectro de la innovación:


 En un extremo tenemos el cambio gradual. Por ejemplo, el cambio de color o el estilo, sin afectar significativamente la experiencia de un producto o un servicio. En el otro extremo es la fusión fría, la lejana visión del futuro, los coches voladores o cosas por el estilo. 


No es que los coches no puedan volar (Terrafugia está trabajando en ello) pero es poco probable para hacer frente a las necesidades reales de un número significativo de personas, de una manera económica, en el futuro cercano. La verdadera innovación se cae en la zona oscura: la zona empuja los límites de lo que es posible, y que puede hacerse realidad en un tiempo prudencial. Da miedo porque es real. Esta innovación es arriesgada y, así, muchos líderes la evitan favoreciendo a los extremos. El cambio gradual es de bajo riesgo, ya que es de bajo costo y de resultados predecibles (un ejemplo, el reenvasado). Y la innovación basada en la fusión fría es de riesgo bajísimo... ¡porque no va a suceder! Se mantiene como I+D, se presume de ellas en cada reunión anual del consejo, pero no tiene coste ni riesgo ya que siempre hay alguna razón por la que no se puede comenzar a desarrollar este año.


Por supuesto, el gestor de la innovación realmente hábil combina ambas estratagemas: cambio gradual y fusión fría. Y esto funciona muy bien hasta que un competidor viene con una innovación de la zona oscura y nosotros estamos fuera del negocio. Entonces, ¿cómo llevar a nuestra organización a la zona oscura e impulsar la innovación que tendrá un impacto significativo en la vida de las personas y hacer crecer nuestro negocio? No tratando de ser innovador - la presión del tiempo, el temor o la ambición nos llevarán a los extremos equivocados-. Es preciso mirar más de cerca las necesidades y aspiraciones de nuestros consumidores o clientes. Y luego, cuando se puede ver claramente hacia dónde se quiere ir, hay que dar un paso más allá. Ya sólo es preciso la tecnología y los líderes empresariales para que puedan hacerlo realidad.